martes, 2 de noviembre de 2010




1894 - 1932

Réquiem a Emma Silveira

Caíste en La Victoria . . .Tal como La Victoria de Samotracia . . . En medio del camino. Triunfal, empenachada ante el destino . . . en un trágico vuelo hacia la gloria! dijo de Emma Silveira, el inspirado poeta larense Marco Aurelio Rojas, una tarde de la Caracas antañona cuando un diario vespertino anunciaba la muerte de la artista. I fue en un rincón de los valles de Aragua, en la vuelta de la Sayona, cuando las manos de la divina Emma, aunque intactas después de aquel fatídico accidente que trituró su cabeza, se apartaron del piano para siempre.

Su temperamento precoz hubo de manifestarse a los tres años de edad. Sentía especial complacencia en pedir a su joven madre, que interpretara para ella, las páginas musicales por las que tenía predilección y pronto empezó a pulsar el teclado y a componer pequeñas melodías en las que personas conocedoras adivinaron una tempranísima sabiduría musical. Con el tiempo aquella niña, adornada con los atributos del genio artístico, llega a ser una notable pianista y en 1914 da su primer recital en el Teatro Juárez de esta ciudad. Luego se trasladó a Caracas y allí emprende la lucha por realizar su más caro ideal; el de emular a la incomparable Teresa Carreño.

Éxito tras éxito coronan la carrera de la joven concertista y sus inquietudes espirituales y una búsqueda constante de nuevos horizontes la llevan por Estados Unidos, Alemania, Hungría, Noruega, Holanda, Checoslovaquia y Austria.

Emma Silveira, al igual que Teresa de La Parra, fue una mujer incomprendida y pocas personas lograron penetrar sus intimidades.

Aquella hermosa mujer tenía un rostro ovalado, blanquísimo, una boca pequeña y bien trazada, sus ojos glaucos eran tristes pero muy expresivos y una sutilísima sonrisa daba mayor gracia a la frente altiva e inteligente. Calzaba zapatos de charol y gustaba vestir de azul o de color rosa.

Fue amiga de Vicente Emilio Sojo, Juan Vicente Lecuna, Juan Bautista Plaza, Antonia Palacios y Elena de Arrarte.

Los que conocieron a Emma Silveira, evocarán esta noche un mundo de recuerdos y los jóvenes románticos pensarán en ella y vibrarán de emoción.


Pablo Chiossone Anzola

Barquisimeto, 19 de Noviembre de 1963